You are currently browsing the tag archive for the ‘Exportación’ tag.
Así pues, será interesante averiguar cuál es nuestro particular “Schwerpunkt”, el foco, el centro de gravedad que hay que combatir en esta crisis. Me ayuda el estudio “The Benefits of Fiscal Consolidation in Unchartered Waters”, que publicó precisamente ayer el Banco Central Europeo, co-firmado por su economista jefe, Jürgen Stark. El estudio versa sobre el grave problema del sobre-endeudamiento de las economías europeas (junto a otras occidentales). Diagnóstico sobre España: teníamos en 2009 una deuda total del 279% del PIB (140% las empresas, 86% las familias, 53% el estado). Desde 1999 nuestro endeudamiento ha crecido un 75%, frente al 29% de la Eurozona. Lee el resto de esta entrada »
Hace poco he terminado “El Emperador”, en que Kapuscinski cuenta su historia de Haile Selassie, que fuera emperador de Etiopía. Uno de los grandes valores de Kapuscinski como reportero fue el saber buscar los testimonios de la gente del pueblo para derivar de ellos la situación general de un país. En “El Emperador” recoge los comentarios del “porta-cojines” de Selassie, cuya ocupación durante más de treinta años fue la de viajar en su compañía (y la de numerosos y lujosos cojines de variados tamaños) y procurar que a Selassie, que era de corta estatura, nunca le quedaran los pies colgando cuando se sentaba en un sillón frente a otro mandatario mundial. El que se pudiera presentar esa ridícula situación era un alto riesgo para la imagen imperial y por tanto el interlocutor de Kapuscinski siempre tuvo un puesto seguro y de gran responsabilidad.
Se trata de un iluminador retrato de los padecimientos políticos de África, que en buena parte están detrás de su penuria casi general. En su otro libro “El Mundo de Hoy”, no he podido resistir leer lo primero su parte relativa a ese continente, que yo creo que Kapuscinski fue una de las personas que mejor lo conoció. Lee el resto de esta entrada »
Me desperté por la mañana oliendo a vino…
¡Ya sé lo que se imaginan, pero se equivocan!. Porque de eso hace unos 50 años, o sea que era yo un chaval y por tanto lo de despertarse con olor a vino, propio, hubiera sido de una precocidad inusual. La realidad es que el olor venía de la calle. Vivía yo en un pueblo de La Mancha, en la calle de La Estación, que cada día recorrían algunas decenas de carros. Jamelgo y carro con una única gran barrica de vino, camino de los trenes que se lo llevaban a no sé dónde. Decían allí que el Papa celebraba su misa con vino de Manzanares. Solera como el que se tomaba en casa los domingos. Las barricas siempre goteaban algo y la procesión de carros había empedrado la calle de adoquines tintos. Tal vez de esa calle me viene a mí la afición al vino. Y a su alegría y evasión, que tan bien vienen en algunos de los ratos que vivimos.
Ahora leo que la revista alemana que cito ha nominado al Muga Reserva de 2004 como uno de los cinco mejores vinos del mundo. Sigo a Muga hace muchos años, o sea que me he bebido alguna que otra de sus botellas, y la verdad es que me alegro por ellos y les felicito, porque creo que han puesto buen trabajo en su negocio durante casi 80 años y gracias a ello hoy tienen una marca apreciada y una fuerza exportadora creciente.
Mientras muchos no hacen más que mirar al ombligo de nuestros problemas, buscar culpables y pedir que rueden cabezas, todo ello posiblemente justificado, yo creo que la tarea más urgente es analizar nuestras fortalezas y ver cómo hacerlas todavía más fuertes. El negocio del vino, sin duda tradicional y bien implantado, es probable que merezca una mirada de atención para encaminar más esfuerzos en la dirección de gente como Muga.
España es una potencia vinícola. Según la OIV –Organización Internacional de la Viña y el Vino-, España tiene el 17% más o menos de la superficie total de viñedo del mundo, frente al 11% tanto de Francia como de Italia respectivamente. La primera duda surge cuando se observa que, en cambio, la producción de España representa el 13% de la mundial, en tanto que las de Francia e Italia son el 17% aproximadamente cada una. A vueltas con la dichosa productividad. Pero es que cuando hablamos de dinero España exportó en 2007 vino por valor de 1.833 millones de euros. Precio medio, 1,10 euros/litro. En tanto que Francia, con un volumen ligeramente inferior, lo hizo por 6.748 millones. Un debate, el de volumen y valor, junto al de estrategias comerciales, que se debería acometer sin ninguna autocomplacencia.
En suma y utilizando el vino como ejemplo, a mí me parece que para la salida de la crisis resulta esencial –entre otras cosas-:
1. Aumentar nuestras exportaciones. O sea más dinero, no necesariamente más volumen.
2. Mejorar la calidad, o la relación calidad/precio de nuestros productos.
3. Vender calidad soportándola en marcas reconocidas, basadas en el buen trabajo.
Ayer miraba en la prensa un artículo a propósito de la misión comercial a Estados Unidos de lema “Made in Spain/Made by Spain”. En el mismo había un gráfico que detallaba nuestras marcas más conocidas internacionalmente. A saber: Chupa Chups, Cola Cao, Telefónica, Banco Santander, Meliá, Torres, Freixenet, Seat, Zara y… el Real Madrid. Ya está. ¿Chupa Chups, Cola Cao, Real Madrid? Colegas empresarios: hacen falta marcas, el mundo del comercio y la exportación en particular es de las marcas, España va muy justita de buenas marcas. Estamos tirando, salvo honrosas excepciones, de marcas que sin duda se han ganado su posición con esfuerzo y calidad, pero que son pocas y necesitan urgentemente ser complementadas con otras. Y lo más importante, detrás de la marca tiene que haber un producto de calidad. Y además competitivo en precio… ¿Qué agobio, no?
Bueno, no se agobien, que todo es cuestión de trabajo y un poquito de imaginación. Y si en algún momento el agobio les puede, una copita de buen vino, español como diría nuestro ministro, que en este caso tendría razón, seguro que les va bien.
Pero como hablo de vino, o sea de alcohol, tal vez sea oportuno hacer un llamamiento a la moderación, así que aquí va “Días de Vino y de Rosas”, versión de Bill Evans, para que piensen…
El calor y la humedad eran asfixiantes. Cientos de personas, todas de raza negra y yo el único blanco en toda la plaza, frente al Ministerio de Defensa en Lagos. Me recogieron dos colegas y nos fuimos a visitar al Union Bank of Nigeria. Cuando llegamos a sus oficinas, poco después de mediodía, los empleados estaban todos durmiendo, varios encima de las mesas. No apoyados en las mesas, encima de las mesas. El transporte público en Lagos es tan caótico que los empleados deben salir de casa a las cinco de la mañana para empezar el trabajo a las ocho. Así que la siesta, tras unos minutos para vaciar la fiambrera, es costumbre rigurosamente respetada. Nigeria, África Ecuatorial, más de 140 millones de habitantes, el país más poblado de África y el octavo más poblado del planeta.

Estación de autobuses...
Hablo de hace algo más de veinticinco años, pero seguro que muchas de estas cosas siguen igual que entonces, incluidos transporte y siesta. Yo llevaba algún tiempo con la financiación de lo que consumían los nigerianos: caballa y pollos congelados, pasta de tomate, sardinas en lata, pilas de linterna, ruedas de bicicleta, mosquito coils, radios SKD, semi knocked down, o sea radios semi-desmontadas. Mi cliente las compraba completas en Japón y las hacia desmontar en Singapur, porque Nigeria no permitía la importación de radios completas, para así favorecer su industria. Hipotéticamente.
Nigeria no es un país fácil. Twenty naira era una frase común cuando yo lo visité. Buen dinero para los locales y el pasaporte para muchas gestiones que de otra manera era imposible realizar. Se hablan hasta 500 dialectos, con el inglés como lingua franca, que no es nuestro fuerte. Estabilidad política cuestionable. Pero un mercado que no se puede ignorar, con crecimiento del PIB del orden del 8% y enorme empuje demográfico. Población joven y con ganas de prosperar. Y sobre todo, porque al igual que pasa con otros muchos países nuestra balanza con éste es tremendamente deficitaria. En 2.008 (a noviembre) le hemos comprado a Nigeria por valor de 4.316 millones de euros, petróleo. Le hemos vendido por 210 millones. El 4,87%.
El ICEX explica los principales “sectores de oportunidad” allí en un documento de medio folio de la Oficina Económica y Comercial en Lagos del año 2006. Y detalla un total de doce misiones comerciales, de las que seis han sido por las Cámaras de Comercio de Vigo y Tarragona, que han repetido ambas de 2006 al 2008. Algún caminito estarán haciendo gallegos y catalanes cuando repiten.
Pensamientos:
1. Un país al que compramos veinte veces más de lo que le vendemos es objetivo prioritario de exportación, por difícil que sea.
2. El mismo cálculo se tiene que repetir con otros. Nuestra balanza comercial se tiene que ir equilibrando país a país, paso a paso.
3. La productividad es esencial y tenemos que ir mejorando, pero es necesario en paralelo el esfuerzo para vender, aunque seamos caros.
4. Siendo España un país más desarrollado que Nigeria, deberíamos encontrar fórmulas de cooperación para vender nuestros productos de tecnología media.
5. Compañeros de viaje. Los brasileños, por ejemplo, miran cada vez más a África, donde la mayoría tienen sus raíces étnicas. Veamos como aliarnos.
6. Los países de fuerte crecimiento demográfico deben ser prioridad exportadora.
7. Más deben seguir el ejemplo de las cámaras de comercio de Vigo y Tarragona. Base fundamental de la venta es la insistencia.
8. El ICEX tiene que ponerse las pilas. No puede presentar documentos de contenido tan exiguo y tres años de antigüedad para un país de 150 millones de habitantes y no tan lejano, por subdesarrollado y difícil que sea.
9. Hay que pensar en crear alguna institución financiera del tipo de las confirming houses británicas, que ayude a las PYMES a financiar la exportación a países exóticos, como este caso. La exportación es la principal forma de salir de la crisis.
10. Si ayudamos al desarrollo de un pueblo como el nigeriano, estamos trabajando en parar pateras. África es un mercado. Japoneses o chinos, que están mucho más lejos, lo entienden. ¿Por qué no nosotros?
Y por cierto, cuando vayan por allí llévense la crema solar factor 60. El último día de mi estancia me dí un baño en la piscina del hotel. En media hora de sol conseguí rostirme la piel de los dedos de los pies, cosa que en todos mis años de juventud playera nunca había logrado. Y por si acaso llévense también unos cuantos billetes de “twenty naira”, que en una emergencia les pueden venir bien.

Y no hay crisis inmobiliaria...
En las Navidades de 1955, los Reyes Magos (que son los papás, ahora que no nos oyen los peques), me trajeron de regalo un tren eléctrico, alemán. Pero se ve que estos señores deben entender más de camellos que de trenes, porque no se les ocurrió idea más peregrina que dejarme una caja con locomotora y vagones y ¡sin vías! O sea que me trajeron la parte de RENFE pero no la de Adif. Naturalmente pillé un berrinche que todavía me acuerdo cincuenta años después y sólo se calmó la cosa cuando al día siguiente pudimos ir a la tienda, confesarme mi padre que el culpable era él y no los Reyes Magos y traerme a casa lo necesario para conseguir montar el material rodante en sus vías y que aquello funcionase.
Aún hoy conservo el tren, que he sabido resguardar de las hordas filiales y ello me obliga a confesar que tengo una particular debilidad por los trenes, de juguete y grandes. Lo que es una de las razones por lo que hace cuarenta años que sigo las noticias de CAF –Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles– (www.caf.net) con más interés que las de otras empresas. Y anteayer me topé con su nombre en el Herald Tribune, en un artículo a página casi completa sobre el retorno del tranvía a las ciudades americanas.
CAF, que es una empresa original de Beasain, en Guipúzcoa, que a su vez es un pueblito de 13.000 habitantes, es un líder mundial en la fabricación y mantenimiento de material ferroviario: locomotoras y vagones, tranvías, alta velocidad y todas las variantes de vehículos sobre ruedas de hierro, que se codea habitualmente en los contratos internacionales con gigantes como Siemens o Alstom, compitiendo con ellos por los proyectos “de tú a tú”.
Ese cartelito de CAF que muchos vemos en nuestros vagones de metro o tren en España, también luce en vagones de metro o tren desde el Heathrow Express a Washington, Argel, Roma, México, Turquía, Brasil, Finlandia, Hungría y un sinfín de sitios más. Y para ello cuentan con fábricas e instalaciones en media docena de países.
Ahora que tanto se habla de que España tiene que cambiar su modelo económico, con la exportación como asignatura improrrogable, muchos deberían mirar a empresas como ésta en busca de inspiración y ejemplo: líderes en su sector, con una envidiable cartera de pedidos, creando empleo y competitivos a nivel internacional. España necesita, urgentemente, más empresas que hagan las cosas como esta gente. A ver si así vamos acabando con tanto berrinche doméstico porque crece el desempleo.
Exculpación anticipada: No conozco personalmente a ningún directivo ni empleado de esta empresa, ni soy, en este momento, accionista, ni tengo ninguna relación de negocio con la misma. Simplemente me complace oír y contar que les va bien. Y que los alemanes exportan trenes de juguete, pero nosotros exportamos de los de verdad. Bueno ellos también, pero da lo mismo, competimos en igualdad.
Comentarios recientes