Noviembre 2010. El Estudiante de Salamanca, José de Espronceda [1837, 54p] Sin planearlo me he leído esto en un par de días de lo más apropiados, Todos los Santos y el Día de los Difuntos, ya que la obra es un paralelo clásico de Don Juan Tenorio. Estoy desentrenado a leer en verso, que nunca ha sido mi fuerte, así que comentar esta pequeña obra es arriesgado salvo en cuanto a la impresión puramente personal. La verdad es que el talante fúnebre te llega a envolver, empezando por la calle del Ataúd del principio y acabando por el descenso de Don Félix al averno siguiendo al fantasma de Doña Elvira, la visión de su propio entierro y el matrimonio con el esqueleto de la mujer a quien sedujo. Mil versos del total de 1.704 de la obra se lleva la última parte, impresionante. Y te hace pensar en que gran idioma es el español. Pero le quita a uno las ganas de salir de noche…