Eine Operation ohne Schwerpunkt is wie ein Mann ohne Charakter -Una operación -militar- sin un foco de esfuerzo es como un hombre sin carácter-. La frase es de Hindenburg, aunque quien había desarrollado esta estrategia militar había sido Carl von Clausewitz en su obra “Vom Kriege” de 1832. En pocas palabras: de lo que se trata en las guerras es de concentrar el esfuerzo del ataque sobre el punto clave del enemigo, en lugar de dispersarse en varios frentes. Dicen que olvidarse de este principio fue una causa principal de que Hitler perdiese la II Guerra Mundial.
Así pues, será interesante averiguar cuál es nuestro particular “Schwerpunkt”, el foco, el centro de gravedad que hay que combatir en esta crisis. Me ayuda el estudio “The Benefits of Fiscal Consolidation in Unchartered Waters”, que publicó precisamente ayer el Banco Central Europeo, co-firmado por su economista jefe, Jürgen Stark. El estudio versa sobre el grave problema del sobre-endeudamiento de las economías europeas (junto a otras occidentales). Diagnóstico sobre España: teníamos en 2009 una deuda total del 279% del PIB (140% las empresas, 86% las familias, 53% el estado). Desde 1999 nuestro endeudamiento ha crecido un 75%, frente al 29% de la Eurozona. El de las familias se ha doblado (del 43% al 86% del PIB). El de las empresas casi triplicado (del 54% al 140%). A este problema se unen otros dos, uno de largo plazo –las obligaciones crecientes del Estado por el mayor envejecimiento de nuestra población, nos obligarán al mayor ajuste fiscal de la Eurozona, junto a Grecia e Irlanda- y otro de corto, el “output gap” de nuestra economía, es decir la diferencia entre PIB real y PIB potencial, en que de nuevo tenemos la mayor cifra negativa junto a Grecia, Irlanda y Portugal: tenemos capacidad productiva pero nos falta demanda.
Los ciudadanos de a pie andamos sin saber bien qué deberíamos hacer, nosotros o nuestras empresas, o qué deberían hacer nuestros gobernantes, para sacarnos del atolladero. Si uno consigue separar el molesto ruido de fondo de telediarios y tertulias (en lo del apellido, por cierto, llevo las de perder), se suele aludir a alguna de estas posibilidades para generar riqueza o empleo:
1. Que se reactive el consumo
2. Que se construyan más viviendas
3. Más infraestructuras
Puede parecer obvio que si hay más “movimiento”, más demanda, habrá más riqueza. Pero si ese movimiento es a costa de mayor endeudamiento, no haremos sino ahondar el agujero. Sólo el consumo en bienes no duraderos parece posible sin mayor endeudamiento –tarjetas de crédito aparte-, el resto de demanda -incluyendo infraestructuras de financiación pública con unas cuentas en déficit- precisa que nos endeudemos.
El “Schwerpunkt”, por tanto, es la demanda externa: nuestras exportaciones en 2009 cayeron un 15,5% sobre 2008.
Nuestras grandes empresas saben esto y se están moviendo sin pausa en esa dirección. BBVA acaba de comprar el 25% del Garanti Bank turco. Turquía tiene 74 millones de habitantes, con casi 20 millones por debajo de 14 años, el triple que España, que no llega a 7 millones en ese tramo de edad. En Méjico, donde BBVA tiene más empleados que en España, son casi 33 millones de chavales. La pelea y victoria de Telefónica con Vivo en Brasil tiene el mismo fondo. Se está comprando “cartera de pedidos”, demanda, para los próximos 10 a 20 años.
Pero así como las grandes empresas lo tienen claro, nuestro gobierno y nuestra sociedad no tanto: que es aquí donde hay que atacar, en la exportación y la internacionalización de nuestra economía. Todo el esfuerzo tiene que ir ahí, a costa del sector inmobiliario –salvo las casas que le vendamos a extranjeros o lo que hagamos fuera-, de los fabricantes de coches, de las líneas de alta velocidad, de todo lo demás. Lo urgente, si no queremos hundirnos un poquito más cada día, es atacar a la demanda externa, buscándola o creándola. Llámese crédito a la exportación –crédito para esto sí-, financiación a largo para inversiones vinculadas a la capacidad exportadora, capital riesgo, seguro de cobro, llámese formación –en idiomas, en técnicas de venta, en prospección de mercados-, en alianzas o fomento de asociaciones exportadoras, apoyo en I+D+i para las industrias exportadoras, acuerdos bilaterales con países en desarrollo, incentivos fiscales, misiones comerciales, establecimiento de sucursales, TODO, artillería, aviación, tanques, tiene que ir dirigido a este único FOCO.
Le vendemos a los países de la Unión Europea el 70% de lo que exportamos, la nueva guerra está en la apertura de nuevos mercados. ¿Qué creen, si no, que está haciendo el presidente chino en Portugal –donde, como en Brasil, se habla portugués-?
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