Mayo 2010. Historia de Mayta, Mario Vargas Llosa [1984, 285p]. Dice Vargas Llosa en el prólogo a esta novela que sospecha que es la peor entendida y la más maltratada, y la más literaria de las que ha escrito. No es un libro fácil aunque te acostumbres a su juego con la narrativa dual. Novela dentro de una novela, utiliza además un trenzado sobre los tiempos, el de los supuestos hechos novelados y el del novelador que busca su descubrimiento, lo que requiere esfuerzo y concentración. Probablemente ha de leerse con mayor celeridad y continuidad que la que yo lo he hecho para disfrutarla más completamente.
Vargas Llosa se interna en la mentalidad de Alejandro Mayta, un personaje frustrado que alimenta un alzamiento revolucionario en Jauja, mientras su partido, el POR(T), Partido Obrero Revolucionario (Trotskista), permanece teórico e inactivo. El sustrato social y la descripción del barrio y penal limeños de Lurigancho, magistrales: “No tengo dificultad en salir nuevamente al afirmado que va hacia Zárate. Lo hago despacio, deteniéndome a observar la pobreza, la fealdad, el abandono, la desesperanza que transpira este pueblo joven cuyo nombre ignoro. No hay nadie en la calle, ni siquiera un animal. Por todas partes se acumulan, en efecto, altos de basura. La gente, imagino, se limita a arrojarla desde las casas, resignada, a sabiendas de que no hay nada que hacer, de que ningún camión municipal vendrá a recogerla, sin ánimos para ponerse de acuerdo con otros vecinos e ir a arrojarla más allá, al descampado, o enterrarla o quemarla. También habrán bajado los brazos y echado la esponja. Imagino lo que la plena luz del día mostrará, pululando, en estas pirámides de inmundicias acumuladas frente a las casuchas, en medio de las cuales deben corretear los niños del vecindario: las moscas, las cucarachas, las ratas, las innumerables alimañas. Pienso en las epidemias, en los hedores, en las muertes precoces.”
Sospecho que hay bastante de realidad en esta ficción. Y se pregunta uno por qué no habrá más revoluciones, y cuánto más se puede hacer por encontrar soluciones a esa realidad sin recurrir a ellas, que es la idea básica que Vargas Llosa defiende, en su etapa más política, previa a su candidatura a la presidencia del Perú.
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