sendertweed[Enero 2014] Réquiem por un campesino español, Ramón J. Sender [1953, 91p] Cuando se repasa la biografía de Sender se entiende bastante el trasfondo de este libro: hijo de padre terrateniente con el que se llevó mal, educado primero por un capellán y luego en un colegio de frailes, familia rota por la Guerra Civil, combatiente en el Ejército Republicano, su esposa fusilada en la zona “nacional”, simpatías anarquistas y comunistas, todo un conjunto que traspira en esta pequeña obra.

La verdad es que cuando leo en la solapa, en un resumen del prólogo por Enrique Múgica, su calificación de ésta como una obra maestra, me pongo un poco a la defensiva. Se debe esperar mucho de una obra maestra, aunque supongo que depende algo del gusto de cada uno. Yo sólo me he tropezado con dos o tres en estos últimos tiempos (Vida y Destino, Matar a un Ruiseñor, El Diario de Ana Frank…).

Este “Réquiem” es no obstante, apreciable, aún contando con su relativo sesgo político. De entrada diría yo que el título de la obra hasta 1960, de “Mosén Millán”, le pegaba más. Porque el centro de la obra está en la cabeza del cura, casi más que en los acontecimientos, lo de la cueva de Platón. Me parece a mí que el cambio en el título es precisamente lo que delata el riesgo de que la obra se utilice de forma partidaria para hurgar en esa herida que aún setenta años después de acabada la Guerra Civil nos quiere recordar el desgraciado enfrentamiento que esa guerra supuso. Sea, aunque no entraré yo en ello.

Literariamente, que es lo que me interesa, la obra tiene media docena de cuadros o bocetos, unos más acabados que otros: el cura y su monaguillo, el terrateniente, su administrador y los “ricos” del pueblo –dos-, los “pobres” del pueblo que habitan las cuevas, “Paco el del Molino” y su familia, Jerónima la partera, especie de voz de la conciencia de los vecinos y los “señoritos” que lo asesinan. Lo más acabado, ya he dicho, lo que piensa y rememora el cura, su sentimiento de culpa dentro de la hipocresía con que se presenta a la Iglesia, y el contrapunto del monaguillo, o sea el cura “por dentro”. Paco el del Molino es más un boceto “por fuera” y lo que queda más claro es su reclamación de justicia y de caridad hacia los pobres y su búsqueda a través de su pequeño poder político local. El resto son comparsas alrededor de un asesinato dentro de una trama lorquiana. No se debe leer ni como entretenimiento en sí ni como libro de historia, pero por el contexto social que refleja, a fuer de retratado desde un bando y sobre todo, por la conciencia del cura, vale la pena. Bien escrita, sobria, breve.