Llevo más de cincuenta años leyendo sin parar. Quiero decir todos los días. Sí que paro a ratos. Leo despacio, lo que limita mi alcance. Sobre todo en la cama, luminosa fricción matrimonial. Nunca me ha gustado tomar notas en los libros, de lo que me arrepiento. Leo sobre todo en inglés y en español, aunque también me atrevo en francés. He tenido rachas de ciencia ficción, de novelas policíacas, de maestros latinoamericanos, de guerra naval, de humor, de historia, algunos clásicos ingleses, economía, ciencia. Durante bastantes años nunca pensé que había libros que nunca tendría tiempo de leer. Ahora ya empieza a agobiarme la conciencia de que el tiempo es finito, me he vuelto selectivo, no quiero abrir un libro que no considere excelente de antemano, un problema. Y al tiempo quiero releer, pero me faltan los apuntes. He compartido poco el disfrute íntimo que supone un libro que te gusta, es difícil. El cine es casi siempre incapaz de recoger ese fondo secreto. Me falta sitio para guardar más libros. Dicen que la electrónica será la solución, no sé. Yo creo que cada libro que leemos nos deja un poso insensible de tinta, mezcla de cavilaciones y sentimientos antiguos, que se remueve en todos nuestros actos y que confío en que nos hace mejores.
Al final me he decidido a tomar algunas notas al margen para beneficio propio, que como esto de Internet es gratis, voy a dejar aquí colgadas, para cuando quiera consultarlas, el día que se me haya olvidado todo. Lástima no haber empezado antes.
1 comentario
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marzo 31, 2011 a 12:14 AM
Esteban Oñoro
Por desgracia yo no llevo 50 años leyendo. ¡Llevo muchos menos! y se debe a una cuestión elemental, la edad. Pero como tu, leo todos los días desde que tengo uso de razón. Es mi vicio. Otros fuman, beben o cualquier otra cosa considerada vicio. Este es el mío.
Comparto contigo que es imposible leer todo, aunque me gustaría, ya que, al menos para mi, la lectura es uno de los mayores placeres que puedan existir.
Como argumentas el cine no refleja lo mas profundo de la historia contada en un libro. El porqué de esto es algo muy simple y que tuve la suerte de que alguien me contara hace ya muchos años. El gran secreto es la imaginación. La imaginación puesta al servicio de la lectura es muchísimo mas poderosa que la imagen. Cuando lees un buen libro, o uno malo, inmediatamente estas dentro de la historia, la imaginas. Los personajes pasan a tu alrededor y tu eres parte de ella. Cuantas veces estas en el medio del fragor de una batalla o visitando lugares solo imaginados o descubriendo el nuevo mundo y suena un teléfono o una alarma o te llama alguien pidiendo tu atención y al dejar el libro sientes un vacío enorme que te lleva a resolver lo que sea, lo mas rápido posible, con tal de volver a estar donde estabas.
No comparto la idea de que el mundo digital pueda resolver el problema de espacio que genera la lectura. Otro de los grandes valores de un libro, es el libro en si. ¡quien no disfruta del olor de las paginas de un libro nuevo recién comprado! eso no creo que lo pueda resolver la informática, al menos por el momento.
La lectura es algo que se trasmite de padres a hijos y por suerte para mi mi padre, quizás un lector mas empedernido que yo, me ha regalado algo que no tiene mas valor que el hecho de haberlo escrito él de su propio puño y letra. No son otra cosa que una montaña de notas al margen de todos los libros que el sí a leído y yo no, a lo largo de toda su vida.
Gracias Jorge por tu reflexión!!! como dices en otra parte de tu blog, yo soy de los que se encontró tu texto por casualidad.