[Abril 2014] El Mundo de hoy, Ryszard Kapuściński [2004, 237p] «I am a poor reporter who unfortunately lacks the imagination of a writer» (soy un pobre reportero al que desafortunadamente falta la imaginación de un escritor). Kapuściński creó una forma de periodismo del que él mismo es base fundamental, la del “reportaje literario” o “reportage d’auteur”. Fue Jaime Abelló Manfi, director de la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Latinoamericano quien en primer lugar señaló la coincidencia entre la forma de hacer de estos dos grandes periodistas: el apoyo de la poesía para dotar al periodismo de sensibilidad humana y estética. Ambos son escritores esenciales en la literatura universal. El colombiano, para explorar el gran mundo de la “realidad mágica”. El polaco, el de la “realidad cruda”.
Kapuściński estaba enviando crónicas desde China a los veinticinco años de edad y pasó casi cincuenta viajando como corresponsal por medio mundo, por no decir el mundo entero. Presenció innumerables guerras, fue encarcelado decenas de veces y nunca cesó en su solidaridad y empatía con las personas castigadas por la miseria o los acontecimientos bélicos, políticos o religiosos. Ideológicamente apegado al comunismo, sus biógrafos debaten hasta que punto esa adhesión fue completa o si tuvo algo de utilitaria: viajar como corresponsal de prensa de una agencia oficial de noticias de un país comunista exigía un “peaje”. También cuestionan la veracidad de algunos aspectos de sus crónicas, más próximos a la ficción que al periodismo. No me inquieta. Me parece que su visión es reflejo de una Humanidad cuyos principios, más allá de ideologías políticas y sistemas económicos al uso, necesitan de una revisión crítica si queremos detener la creciente desigualdad entre personas y regiones, en la que el equilibrio está teniendo que empezar a mantenerse por el uso de la fuerza. Entre sus libros, “Ébano” muestra una realidad sobre África que todos deberíamos conocer.
Aquí les dejo algunas de las claves de su pensamiento:
• El reportero de verdad no se aloja en el Hilton, sino que duerme allí donde lo hacen los héroes de su relato, y también come y bebe lo mismo que ellos. Sólo así podrá escribir un texto honesto.
• Parto de viaje con un bloc de notas, un bolígrafo, una cámara de fotos y un mínimo de ropa. El reportero nunca deja su equipaje en un sitio porque siempre tiene que ir hacia delante. Pocas veces regresa a un mismo lugar. Así nunca puede desprenderse de lo que lleva. Cualquier objeto es un lastre: cuanto más ligero el equipaje, más lejos se pude llegar.
• …Por eso creo que deberíamos profundizar más, intentar descubrir las causas de las cosas, que, en mi opinión hallaremos en la cultura. Hay que bajar al fondo del río. ¿Cómo, si no debido a sus respectivas culturas, unos países africanos han alcanzado un mayor nivel de desarrollo que otros, a pesar de compartir un mismo punto de partida?
• Escribir: se trata de encontrar la primera frase, una muy sencilla, digna del más elemental de los libros de texto para niños. En ella está la salvación: tirará de las siguientes.
• Dependiendo desde qué lugar de la Tierra se mira, el mundo tiene un aspecto diferente. Si no partimos de esta simple verdad, nos resultará difícil comprender el comportamiento de otros, los motivos y los objetivos que los llevan a comportarse de ésta y no de otra manera. Y la verdad es que, a pesar de todos los progresos en materia de comunicación, nuestro conocimiento mutuo –contrariamente a los mitos que corren- sigue siendo superficial, cuando no nulo.
• La gran desigualdad está inscrita en la estructura de la humanidad. En estos momentos no tenemos medios –y tardaremos mucho en tenerlos- para superarla. Nadie lo reconoce en voz alta, pero la gente no cree que todo el mundo pueda alcanzar un nivel de vida mínimamente digno… sabemos que entramos en el siglo XXI mano a mano con esta injusticia.
• Hoy, todos los estudiosos del problema se muestran de acuerdo en que el progreso y el desarrollo de la democracia dependen del nivel cultural de una sociedad. Éste, a su vez, depende del nivel de instrucción de sus miembros. De manera que la inversión más inteligente en el futuro es la dirigida hacia la educación.
• La inmigración generará problemas, porque no hay que olvidar que los mil cuatrocientos años de relaciones entre el cristianismo y el islam han estado marcados por conflictos y tensiones. Ahora bien: la búsqueda –y, ojalá, hallazgo lo antes posible- de una fórmula de convivencia basada en la comprensión y la tolerancia entre estas dos religiones –de hecho, civilizaciones- es la condición sine qua non de la actual y futura existencia de Europa.
• …la mejor situación impera precisamente en las cultura asiáticas, las cuales brindan la oportunidad de reunir tres elementos sumamente importantes, a saber: la cultura tradicional de Asia, una cultura de trabajo, el ahorro y la disciplina; la más moderna tecnología (sobre todo norteamericana) de la civilización de la informática y la racional organización del trabajo (una aportación europea)…El ethos confuciano, el taoísmo, el budismo… siempre han favorecido la convivencia de los más diversos pueblos y naciones. También han sido portadoras de la tradición de una familia fuertemente unida y del elemento de la confianza.
• Dentro de siete años habrá setecientos millones de jóvenes –entre los quince y los veinticuatro años- sin futuro alguno porque han nacido en chabolas o en poblados donde no hay comida ni agua. ¿Qué hacer con setecientos millones de jóvenes dotados de energía y voluntad de vivir pero para los cuales no hay un lugar en el mundo? Nadie es capaz de dar respuesta a esta pregunta.
• Hoy se ha extendido la llamada “revolución de expectativas”, fomentada por los medios de comunicación, que, sin embargo, se limitan a mostrarnos modelos de consumismo. El problema de los medios consiste en que no los acompañan con modelos de trabajo. El consumismo a gran escala es mostrado en los medios en total desconexión con el taller de trabajo. Por eso unos individuos no comprenden por qué otros individuos lo tienen todo y ellos no.
“El Mundo de hoy” es una recopilación de fragmentos de libros, artículos, conferencias y entrevistas de Kapuściński, encargada a Agata Orzeszek, su traductora al castellano, por la editorial Anagrama.
Imprescindible. Y perdonen que me haya extendido.
1 comentario
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junio 14, 2014 a 12:59 PM
SALVADOR | el blog de zano
[…] de la desigualdad creciente. La global, no tanto la doméstica aunque exista. Acabo de terminar “El Mundo de Hoy” de Kapuściński, que te la presenta página tras página. Leo luego en un diario sobre las […]