Poster-pursuithappynessConfieso que cuando se decidió que las Olimpíadas de 2016 no fuesen en Madrid me alegré secretamente. No lo dije mucho así en caliente pero ahora que la cosa se ha enfriado creo que ya toca opinar con claridad.

Por una parte el rendimiento económico de los Juegos es más que dudoso. Difícil es echar las cuentas y fácil por tanto inclinar la hipotética balanza económica hacia donde más le interesa a cada uno. Pero me quedo con la sensación de que, en general, los Juegos Olímpicos cuestan más dinero del que producen. Vale que no consigues notoriedad y no te queda el “legado olímpico” y cosas así, pero sobre todo, deseaba que no se realizasen aquí por otro motivo: el coste de oportunidad. Nos íbamos a pasar unos años distraídos con obras olímpicas, medios de comunicación machacando el tema y el público más distraído aún.

Así que bien. Porque en lo que toca trabajar en Madrid no es en el deporte sino en los negocios.

Esta semana pasada el ruido ha venido aquí de la llamada Ley Beckham, que por su apodo cuenta naturalmente con la correspondiente resonancia. Por una vez doy la razón al Gobierno. La Ley Beckham es inadecuada a nuestro momento social e innecesaria para el económico. Aunque se diga que al modificarse la fiscalidad de los grandes ingresos ponemos en peligro nuestra posición como centro de negocios, lo que no me creo.

Más me interesa lo que publican los chicos de Selzer & Co., una empresa especializada en encuestas de opinión que dirige Ann Selzer, famosa por haber acertado el resultado del “caucus” de Iowa, que señaló la victoria del presidente Obama. Selzer ha hecho ahora una encuesta entre suscriptores del servicio de noticias Bloomberg para intentar predecir cuáles serán los próximos grandes centros financieros mundiales para 2012. La noticia es que Nueva York pasa al primer lugar (29% de los votos). Pero también lo es que Singapur sube al segundo puesto (17%) superando a Londres (16%). Y el futuro se pronostica en China, Brasil e India.

Tokio se hunde, según una opinión que se cita por “su población envejecida, alto endeudamiento relativo a su producción y deflación”. Algunas de estas cosas nos suenan, ¿no? Pues habrá que ponerse a trabajar.

Yo creo que Madrid sí puede aspirar a ser un gran centro financiero, pero habrá que trabajar desde abajo además de desde arriba. Tenemos algunas buenas bazas: Santander y BBVA son líderes a nivel global y Mapfre tiene una buena posición en Latinoamérica, tenemos algunas de las mejores escuelas de negocios (Instituto de Empresa e IESE), tenemos buenas infraestructuras de transporte y costes de implantación razonables. Y se están haciendo algunas cosas que apuntan en la buena dirección, como el Centro Internacional de Formación Financiera promovido por la Universidad de Alcalá de Henares y el Banco de Santander.

Pero…, en primer lugar, hace falta mucha más cantera. Los centros financieros se nutren de juventud ambiciosa y estudiosa, que domina las matemáticas y el inglés como base para las finanzas. Y un espíritu de mercado de trabajo ultra-competitivo en el que “sólo los mejores triunfan”. ¿Que sería deseable que más triunfasen? Tal vez desde el punto de vista de sociedad del bienestar, pero eso tiene poco que ver en abrirse paso en este mundo particular.

En segundo lugar, nuestras instituciones financieras y organizaciones empresariales se tienen que armar para esa batalla. CNMV, BME, INE, Latibex, CEOE y un largo etc. tienen que ponerse al día y mejorar su información estadística y la visibilidad y acceso a la misma. No me han hecho falta más que unos minutos buceando en la web de la Monetary Authority of Singapore (www.mas.gov.sg), para sufrir de sana envidia por la profundidad y claridad de la información. Por el contrario, he mirado la web del Latibex y no he conseguido encontrar algo tan sencillo como un histórico de su volumen de contratación. Es posible que sea yo quien no lo ha sabido encontrar.

Y finalmente la regulación de los mercados y su agilidad tienen que ser competitivos. Estamos demasiado ocupados haciendo funcionar nuestra particular parcela y es necesario que el marco de negocios amplio, global, funcione. Desde el sistema fiscal a la normativa de contratación laboral pasando por la ventanilla única. La gente de Singapur declara que allí tienen una compañía funcionando en “just over six working days…”. ¿Es eso aquí posible?

Así que vamos a por ello, porque como agradablemente demuestra Will Smith en la película, la felicidad está en el trabajo…