Circenses (coste 94 millones)

Circenses (coste 94 millones)

Tenía yo siete años cuando salí de Santa Cruz de la Palma, donde nací. De entre los nombres que recuerdo de mi pueblo, que no son muchos, están los de sus dos equipos de fútbol rivales, el Tenisca y el Mensajero. Se decía que había familias en las que padres e hijos no se hablaban por lo de seguir a uno u otro equipo. Me llevaron un domingo al estadio del Tenisca, junto al mar, y pude ver mi primer y casi último partido de fútbol en directo. Aunque buena parte me la pasé mirando al mar, de lo que ya pueden deducir que no soy un gran aficionado a la cosa balompédica. Allí la afición debe de seguir, como lo prueba el que los estadios de ambos equipos suman juntos 11.500 asientos para 17.000 habitantes del pueblo.

Estos días, aparte de cuestiones de trascendencia relativa como la muerte de Vicente Ferrer o que según la FAO una de cada seis personas del planeta padece hambre (+11% en un año), las noticias de verdad trascendentes en España han sido los fichajes de Cristiano Ronaldo y Kaká. Este último un segundón por cuyo traspaso “sólo” han pagado 65 millones de euros frente a los 94 del portugués. Y que han venido Caja Madrid y el Banco de Santander y le han prestado al Real Madrid 152 euromillones para echar una manita, una manita de 152 de los 159 millones del coste total de ambos jugadores, en esa encomiable aventura empresarial.

Porque el Sr. Florentino Pérez lo puede decir más alto pero no más claro: señores, el fútbol no es un deporte, ni siquiera ya sólo un espectáculo, el fútbol es un negocio. Un negocio basado en el espectáculo pero, sobre todo, un negocio. Grande. Para que nos hagamos idea, el total de los presupuestos de los clubes de primera división supera los 1.500 millones de euros. Y está basado en otro gran negocio, el de los derechos televisivos: Mediapro paga al Real Madrid 1.100 millones entre 2006 y 2013 y 1.000 millones como mínimo al Barça. Y para que puedan poner esto en perspectiva, el presupuesto del Consejo Superior de Deportes, o sea el fomento de todo el deporte en total, son 193 millones. Algo así como “LFP -Liga de Fútbol Profesional- 10 – CSD 1”

Hasta ahí todo bien, un negocio es un negocio, y el que no quiera comprar que no entre en la tienda. Pero no es tan simple, porque hay algunas cuestiones ante las que no podemos permanecer impasibles:

Primero: los enormes recursos económicos que se vuelcan en el fútbol hacen que éste se convierta no en el «deporte rey», sino casi en el deporte único a efectos mediáticos. El resto de los deportes, hecha la salvedad del tenis, la Fórmula 1 y la Moto GP, están casi ausentes. Lo que causa una inclinación totalmente desequilibrada de la juventud hacia este “deporte”, en detrimento de todo el resto de deportes a fomentar, empezando por el atletismo.

Segundo: a los Sres. Ronaldo e Izecson Dos Santos –Kaká- se les va a pagar en buena parte con el dinero de todos. Porque los 18 ó 20 millones anuales que se van a llevar entre ambos, cotizan IRPF al 23% como tope durante los primeros 6 años en España, en virtud de la llamada “ley Beckham”, que no sé por qué no se cambia. O sea que si juegan aquí 6 años van a “dejar de pagar” algo así como 25 millones de euros en impuestos. ¿Que saben quién los va a pagar? ¡Exacto, han adivinado!: usted y yo y el resto de los curritos del país.

Tercero: sobre el Banco de Santander no opino. Pero el Sr. Blesa, y la Sra. Aguirre, defienden la corrección del crédito de 76,6 millones de Caja Madrid al Real Madrid. Lo defienden desde el punto de vista técnico, porque “existen garantías suficientes”, cosa que yo creo estar en condiciones de disputar. Pero es indefendible desde el punto de vista ético y corporativo. Supongo que ya todos, todos, se han olvidado de la Real Orden de 3 de abril de 1835 por la que se impulsa la creación de las cajas de ahorros, implicando a las personas con “espíritu filantrópico”. ¿Filan…qué? Lo que el Sr. Blesa defiende es que Caja Madrid es como un banco, ideario muy en boga para lo que conviene. Pero si es un banco, que se convierta en una entidad que responda frente a sus accionistas y no frente a intereses de partido, o frente a nadie como parece ser el caso.

En conclusión, lo del Circenses al menos parece que lo tenemos resuelto. Ahora sólo nos falta lo del Panem…

Panem (coste... la voluntad)

PANEM (coste... la voluntad)

En recuerdo de Vicente Ferrer, una vida de bondad.