No nos bañamos nunca en el mismo río, que el agua nunca es la misma ni nosotros somos los mismos. Mi profesor de filosofía de bachillerato es uno de los que recuerdo con estima. Porque explicaba muy bien su materia y se me quedaron algunos retazos de saber, como lo de Heráclito, que no he olvidado, ni tenido la suficiente voluntad de agrandar como hubiera debido. Y también porque mantenía la teoría de que con poca luz se piensa mejor, así que nada más entrar en clase apagaba las luces y bajaba las persianas, dejándonos en una penumbra que los alumnos apreciábamos sobremanera para pasarlo bien entre nosotros o simplemente echar una siestecita.

Es probable que en la oscuridad se piense mejor, pero estoy seguro que se ve menos. O sea que la oscuridad puede ser buena para la reflexión o para la introspección, y de ahí puede venir lo de la consulta con la almohada, pero la luz es necesaria para tener información y poder decidir en consecuencia.

Estamos viviendo un momento económico en que las dificultades por el enfriamiento del sector inmobiliario residencial trascienden del mismo, dado su impacto sobre el sistema financiero. El sobre-expuesto sistema financiero. Ese impacto ha provocado una reacción defensiva en la banca, que de rebote está afectando drásticamente a nuestra entera economía, inmobiliaria o no.

Así que el problema ya no es si chico o chica pueden dejar de vivir con sus padres y cosas así. Lo verdaderamente importante es resolver el empacho financiero-inmobiliario en que estamos metidos. O sea que se vaya vendiendo lo que hay. Y para eso, me decía alguien esta semana, hacen falta tres cosas: confianza, precio y financiación. El precio se tiene que adaptar a la demanda. Creo y trabajo en ello desde mi empresa. La financiación, los bancos sabrán qué solución dan para no convertirse en víctimas de sus propias estrategias. Pero lo de la confianza, eso sí es complicado. De “tenemos un problema y esto va a peor” a “tenemos un problema pero vamos a solucionarlo y así saldremos de ésta” va un abismo… de confianza.

Para conseguir mejorarla hay claves políticas, laborales, personales, mediáticas. Pero sin duda una de ellas es, simplemente, disponer de información. Información correcta, buena o mala. Lo mejor, siempre, es saber nuestra situación.

Dicen que el negocio inmobiliario en España se caracteriza por su opacidad. Hay bastante de cierto. Buena parte del problema no viene tanto de una intención de desinformar sino de una falta de acuerdo sobre cómo informar, porque la situación cambia constantemente, como el río de Heráclito. Es urgente consensuar y ordenar lo que contamos o nos cuentan.

En el sector de oficinas, en todos los países, se manejan cinco datos básicos: stock, desocupación, contratación, precio y oferta futura. Si se fijan NO SE HABLA DE PRECIOS FUTUROS. Cada cual hace su estimación en función de esos cinco factores. En la vivienda deberíamos ser capaces de hacer lo mismo, pero los mensajes que recibimos son parciales y a menudo discordantes. Ministerio de la Vivienda, Banco de España, sociedades de tasación, INE, Asociación Hipotecaria, APCE, Colegio de Arquitectos, Colegio de Registradores, servicios de estudios varios, no nos dan información completa y clara.

Algo así como:

1. STOCK AND FLOW

a. Cuántas viviendas hay en España (STOCK)
b. Cuántas de las anteriores están vacías, con voluntad de sus propietarios de venderlas o alquilarlas (STOCK VACÍAS)
c. Cuántas viviendas se han acabado o demolido en el período (FLOW, incremento o reducción del stock)
d. Cuántas viviendas se han vendido, alquilado o desocupado en el período (FLOW, incremento o reducción del stock de vacías)

2. PRECIOS.

Sobre 1d, precios de transacción, en alquiler o venta

3. OFERTA FUTURA

Viviendas iniciadas (FLOW, incremento futuro del stock)

Todo lo anterior tiene que ser claro, no me valen diferencias de medio millón como escucho, se puede desagregar según se solicite por provincias, por tramos de precio, por tipo de vivienda, si son viviendas protegidas o no, etc. Y se puede disponer de los datos trimestralmente o cuando se diga, pero con regularidad fija.

Ese consenso es urgente. Y mientras tanto los ejercicios predictivos sobre el precio de la vivienda son arriesgados y probablemente contraproducentes. La gente debemos tomar NUESTRAS DECISIONES DE COMPRA en cuanto a precio y momento. Con información clara como el día y después de consultarlo con la almohada, en la oscuridad.

Heráclito de Éfeso, El Oscuro

El cambio, el devenir, está regido por el logos. El logos regula el devenir como una ley inmanente al mundo. El devenir se da según la lucha de los contrarios (Heráclito de Éfeso, El Oscuro, 535-484 a.C.)