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Si me notan la letra temblona es porque me ha golpeado una “Onda Geo-Sen”, que es lo que utilizan Kiet y Lon para luchar contra el Mariscal Zorn, Sidmodius y otros malos. Leyendo sobre ello he tenido un corto en la tableta y se ha disparado una onda de ésas, que ha concentrado la energía Sen y me ha roto el equilibrio. El mental desde luego. Pensaría Kiet, hoy no me he afeitado, que soy un villano más. Menos mal que no ha sido “Fuego Sho-Sen” (que Kiet no domina pero Lon sí) porque igual le pegan fuego al sofá…
Andaba yo curioseando en lo de los dibujos animados. En mayo pasado le pedí un día a mi nieta mayor, seis años casi siete entonces, que me hiciera una lista de los que veían esa tarde, ella y su hermana dos años más pequeña. Salió esto: “La Abeja Maya”, “Peppa Pig”, “Caillou”, “El Asombroso Mundo de Gumball”, “Barbie”, “Dinofroz”, “Pokemon Negro y Blanco”, “La Brigada Mascota”, “Las Tortugas Ninja” y “Desafío Champion”. Luego las interrogué sobre sus gustos. Ganan “Barbie”, “La Brigada Mascota”, “Las Tortugas Ninja” y “Desafío Champion” -lo del principio…-. División de opiniones sobre “El Asombroso Mundo de Gumball”. Pierden “Dinofroz” y “Pokemon”. “La Abeja Maya”, “Peppa Pig” y “Caillou” eran favoritos pero han ido bajando con el tiempo. Ya sé que faltan muchos, “Pocoyo” o “Bob Esponja” por ejemplo, pero como encuesta me sirvió.
Este junio ha cumplido el Pato Donald ochenta años. Los personajes de Disney, “Tom y Jerry”, “El Oso Yogui” o luego “El Correcaminos” y el pobre coyote, acompañaron mi infancia. Pero yo nunca supe de la televisión hasta cumplidos los ocho años. Y los dibujos animados nunca ocuparon, del tiempo que no estaba en el colegio, más que una parte que en mi memoria me parece reducida. Seguramente porque la oferta, basada en artesanía de dibujantes que el viejo Walt se ocupó bien de mostrarnos, era limitada. Pero en los años setenta llegó la informática al cine. En 1979, George Lucas, que se estaba haciendo de oro con «Star Wars», recluta a Ed Catmull para formar la Lucasfilm Computer Division. En 1983 se une John Lasseter. En 1984 el programa informático de “Pixar”, “Renderman”, es ya clave para la segunda parte de «Star Trek» y a partir de ahí el ordenador va robando protagonismo a la cámara en la producción de películas: “Terminator”, “Batman Returns”, “Parque Jurásico”, “El Rey León”, “Entrevista con el Vampiro”, “Jumanji”, «Spiderman», «Harry Potter» y así hasta cientos, no sé si miles, de producciones que se apoyan en ese programa. En 1986 Steve Jobs compra el negocio y se forma “Pixar” como productora. Aparece una nueva generación de películas, divertidas y técnicamente perfectas, empezando -sólo con Pixar- por “Toy Story” (1995) y siguiendo por “Monsters” (2001), “Buscando a Nemo” (2003), “Los Increíbles” (2004), “Cars” (2006), “Ratatouille” (2007) o “Up” (2009) entre otras muchas, incluyendo la segunda y tercera de “Toy Story». Una nueva forma de concebir el negocio del entretenimiento, que ha cambiado drásticamente el concepto tradicional del cine del siglo XX. «Toy Story-3» ha rebasado ya los mil millones de dólares en taquilla.
El progreso de la informática, y la reducción de costes que supone para producir una película o una serie de dibujos, y las ganancias posibles, han expandido enormemente esta forma de producción en los últimos treinta años. Hasta límites, yo creo, en que la imaginación o el talento son insuficientes y a menudo han sido sustituidos por la extravagancia y el marketing. El dominio es de Estados Unidos, Reino Unido, Japón y Corea del Sur -aunque hay algunas firmas españolas- lo que, además, nos transmite bastantes estereotipos que nos son ajenos. Detrás de los grandes, Pixar, Disney o Dreamworks, entre las hasta 240 productoras que leo están en activo, hay de todo. Pincho al azar sobre un enlace: Satelight. Japonesa, es filial de un grupo de salas del juego que se conoce en Japón como “pachinko”. Ha producido en los últimos 13 años una media de tres series de televisión cada año y toda una línea derivada de video-juegos, la otra gran industria sobre la que no me voy a extender por no alargarme. Pincho sobre una serie, otra vez al azar: “Bodacious Space Pirates” o “Miniskirt Space Pirates”, adaptada también como “comic” “manga”. ¿El argumento?: pues no me queda papel para explayarme, pero háganse idea de que puede ser tan interesante o educativo como una máquina tragaperras. ¿Y adictivo?
Estas cosas nos llegan cada vez más y se meten en la cabeza de los pequeños mientras estamos ocupados en otras cosas. Me inquieto cuando le pasamos a los chicos el mando a distancia y nos desentendemos por horas. La solución, seguramente más “costosa” para los padres que para los abuelos, es ser más selectivo en lo que ven los niños y, sobre todo, entregarles más de nuestro tiempo y compartirlo en actividades y lecturas, jugando, dibujando o imaginando en común. El espacio que los padres no ocupen, lo ocuparán insidiosamente historias y personajes que están mejor ignorados.
Y a propósito de dibujos, les dejo con mi descubrimiento de este verano, «Masha and The Bear», del estudio ruso Animaccord. ¡Estoy enganchado, incluso en ruso! (los 300.000.000 de visionados en YouTube no son casuales…)
La historia es de Saki: “The Seventh Pullet”. No me resisto a exprimirla. Cuenta su personaje Blenkinthrope a sus colegas de tren, lo sucedido en su gallinero el día anterior: ha entrado una serpiente y, una a una, ha ido matando a seis de sus gallinas menorquinas. Primero las ha hipnotizado con su mirada ofidia y, una vez dormidas y quietas, las ha mordido y muerto. Pero Blenkinthrope tenía siete gallinas. La séptima era una Houdan, una raza francesa característica por una cresta a modo de flequillo, que le tapa los ojos. Total, que la séptima gallina no ve ni a la serpiente ni a sus ojos y por tanto el hipnotismo no funciona. Lo único que distingue la houdan es una cosa que se mueve por el patio, así que se dedica a picotearla hasta que es ella la que mata a la serpiente.
La historia dentro de la historia es que Blenkinthrope usa un cuento inventado para ganar popularidad entre sus amigos, pero dejémoslo pasar. Yo creo que el argumento nos puede ser muy útil.
Porque mi notable experiencia como televidente, que ya me hubiera gustado que fuese menor, me lleva a pensar que vivimos hipnotizados la mitad del tiempo. Mucha serpiente hay. Asoman por la pantalla a cada rato. No en “Cazadores del Pantano”, no, ahí son cocodrilos, mucho menos peligrosos. Es en los canales. Enciendes y ¡zas!: Cándido Méndez. Cambias de canal y ¡toma!: un diputado multifasciato –especie muy abundante-. Y así canal a canal. Hay que andar con mucho cuidado, porque han tenido y tienen a mucha gente hipnotizada y su picadura es muy dolorosa y hasta mortífera.
Así que mi recomendación, a todo el que pueda, es dejarse flequillo y picotear de forma indiscriminada a políticos y sindicalistas, que es lo más seguro para sobrevivir. Yo, como no voy a poder, siempre llevo el mando a distancia en la cintura, como el cuchillo de “Cocodrilo Dundee”.
Me siento como un espectador en una pelea de marineros borrachos en una taberna del puerto. Todo lo que escucho son insensateces sobre nuestro pasado y nuestro presente, que desde luego no nos van a sacar del lío en el que estamos. Así que vuelvo a mirar al futuro desde el presente.
Me sirve la iniciativa del gobierno USA de hacer llegar Internet a 100 Mbps a 100 millones de hogares para el año 2020. Y Google anda ya instalando Internet a 1Gbps, instantáneo diría yo. He tenido que pedir que me explicasen lo del espectro radioeléctrico para entender mejor esto de las relaciones entre radio, televisión, telefonía móvil, el horno de micro-ondas en que me caliento la leche o los rayos X del aeropuerto. Afortunadamente tengo un yerno astrónomo –no todo el mundo puede decir lo mismo- y me ha dado un cursillo acelerado, cuyas conclusiones no me atrevo a repetir por si me lee y se da cuenta de lo inútil de su esfuerzo.
Lo que me concierne, realmente, no es tanto el soporte tecnológico, sino el énfasis estratégico que está poniendo el gobierno americano sobre Internet. Porque la parte polémica del plan es que pretenden ampliar la banda ancha a costa de sus vecinas espectrales, televisión y telefonía móvil. O sea que apuestan porque la demanda de Internet va a crecer más que estas otras formas de comunicación. Y yo creo que están en lo cierto. Porque de la básica unilateralidad de la televisión y la básica bilateralidad de la telefonía hemos pasado a la fundamental multilateralidad de Internet, que se está desarrollando de forma vertiginosa.
La sociedad española se tiene que aprender esto todo lo deprisa que pueda. Leí el mes pasado que en febrero de 2010 Twitter había alcanzado los 10.000.000.000 de “tweets”, sí, diez mil millones en un mes (Infographics of the Day: The Path to 10 Billion Tweets). En 2009 Twitter creció de algo así como 5 millones de usuarios a 80 millones. Y acabo de escuchar que ya son, somos, 100 millones. ¿Es un juguete para chiquillos que se dicen tonterías entre ellos todo el tiempo?
Esta noche he oído de refilón que Navarra tiene la mitad de desempleo, el 10,5% o así, que la media del total de España. He intentado buscarle la relación al tema a través de Twitter, mirando las cuentas de Twitter de diferentes entidades financieras, españolas e internacionales. ¿Adivinan quién está a la cabeza en España? Pues sí: la Caja de Ahorros de Navarra. Para los que no estén familiarizados, el principio de Twitter es la multilateralidad de los mensajes y la trasmisión vírica de la información. “Yo te sigo a ti, porque tú me sigues a mí, y espero que tú le digas sobre mí a los demás, porque yo les diré a los demás sobre ti”. Así multiplicado. O sea que un índice de la apuesta que se hace por el sistema es “a cuánta gente sigo y cuánta gente me sigue a mí”, unido a cuánta información –tweets limitados a 140 caracteres- genero. O sea 1393/1501/3097, que es el índice de la Caja Navarra, quiere decir que ellos siguen a 1393 personas –o compañías-, 1501 les siguen a ellos y han generado 3097 noticias. ¿Y Caja Madrid?: 0/11/0. Y en cambio el Banco Sabadell: 692/844/4009. ¿Y La Caixa?: 0/31/1. ¿Y quién en Latinoamérica va bien? Por ejemplo, Chile. O sea, Banco de Chile: 2779/4273/743. No les aburro con más cifras, salvo aclarar que tomé todos estos datos hace cosa de un mes y los he revisado hoy para no mentir, y me he encontrado con crecimientos del entorno del 20%. Mensual.
Un amigo me dijo una vez que el mundo realmente da tres vueltas cada día, pero las da tan deprisa que nos parece sólo una. Con el multilateralismo está pasando algo parecido. Mientras aquí se pelean los marineros discutiendo sobre una guerra de hace setenta u ochenta años, el mundo da tres vueltas. Yo quisiera dejarles con la sospecha de que existe una relación entre progreso y pensamiento multilateral y que el mundo global nos exige que adaptemos nuestras estrategias a esa nueva forma de pensar. La tecnología ya la tenemos, evolucionando a una velocidad más rápida de lo que somos capaces de asimilar. ¿Y la actitud? Eso no sé. Tal vez cuando estemos sobrios… si no es demasiado tarde.
P.S. Por cierto, prometo ocuparme más de mis cuentas de Twitter: OldZano y WOForum.
Lectura relacionada: Blog de World Office Forum, Big Bang 2.0
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