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No teníamos hidroaviones en Canarias… Hoy leo que tardan unas veinte horas en volar desde la Península. Súmenle que hidroaviones y helicópteros sólo pueden trabajar de día. Por ello, los hidroaviones que se enviaron por el MAGRAMA el 5 de agosto tardaron 45 horas en empezar a operar en La Gomera. ¿Cuánto se puede desmadrar un fuego forestal en un día y medio o dos días? Pues todo, se puede desmadrar todo.
Después de catorce días, nos queda ahora lo del “fuego subterráneo”, las casas quemadas, el inmenso daño ecológico a flora y fauna y cómo preparar un plan de recuperación. Y varias cuestiones a resolver:
1) ¿Ha habido imprevisión o mala gestión? Lees lo del Operativo Brifor del Cabildo de Tenerife y piensas, «esta gente lo quiere hacer bien». Pero… si el MAGRAMA dice que no actuó, aunque sabía de la existencia del incendio, porque “primero lo tenía que pedir el gobierno autónomo”, algo falla. O en Canarias, o en Madrid, o en el sistema.
2) Canarias, dada su distancia a la Península, necesita algún aparato grande en “stand by”, que le permita atacar los incendios en su fase temprana de forma contundente. Las posibilidades parecen ser:
• Un VLAT, un “very large air tanker”, del tipo del 747 Evergreen Supertanker o DC10. Caro –pero menos que lo que nos habrá costado esto- dicen que no apto para terreno escarpado, pero puede funcionar de noche. Para un aparato de esa velocidad el “stand by” podría ser para uso nacional.
• Algún helicóptero pesado del tipo Erickson Aircrane. Estos aparatos cargan más del doble que los Kamov en uso en España, de los que uno ha trabajado en Canarias. Los Aircranes son la respuesta principal en Australia, escaldada después del desastre de Victoria en 2009.
3) ¿Debería o no considerarse más el uso de aparatos basados en tierra que lancen agua mezclada con retardantes (que incluyen fertilizante y goma guar como espesante y por tanto reducen la evaporación de las descargas), en lugar de simplemente agua? Rand Corporation ha recomendado en su reciente estudio que la flota del US Forestry Service –USFS- sea una mezcla de hidroaviones “scooper” –del tipo que utilizamos en España-, con 2 a 6 VLAT’s y el mismo número de helicópteros pesados tipo Aircrane. El debate en Estados Unidos está en su punto álgido, después del grave incendio de Colorado de hace un par de meses y de que la Fuerza Aérea no permita volar a sus ancianos C130’s por problemas de seguridad. El jefe del USFS rechaza la conclusión de Rand de apoyarse en “scoopers” y aboga por más aparatos basados en tierra porque, dice, el uso de líquido con retardante es preferible al agua. ¿Existe este debate en España?
4) ¿Cómo llevamos la coordinación? ¿Se entiende el MAGRAMA con las comunidades de forma constructiva? ¿Existe algún cuerpo profesional de coordinación o lo hace todo el MAGRAMA? ¿Hablan las comunidades unas con otras? ¿Quién coordina la legislación ambiental y rural con la energética en cosas como la promoción de la biomasa en producción de energía y la limpieza de los bosques? El INIA – Instituto Nacional de Tecnología Agraria y Alimentaria- del Ministerio de Economía, nos representa en FireSmart. ¿Se coordina con el MAGRAMA? ¿Qué opina ASEMFO, la Asociación Nacional de Empresas Forestales? Un buen ejemplo de cómo se pueden hacer bien las cosas es el National Aerial Firefighting Centre de Australia, al que pertenecen los distintos estados y que coordina el uso de los medios aéreos e informa sobre todo ello, incluyendo la parte financiera, de la que en España nos olvidamos sistemáticamente. Por cierto, si vamos a hacer cosas en este tema, no pongan al frente a un político, por favor, pongan a un bombero… Vale.
En suma, deberíamos aprovechar este ígneo verano para estudiar qué podemos mejorar, en prevención, en punición, en extinción y tal vez, y sobre todo, en coordinación. Juntemos todo lo que sabemos, que por suerte y por desgracia es mucho, y a ver si arreglamos algo este tema. Los lagartos gomeros, y los palmeros, nos lo agradecerán. Y los demás también.
Ver también: «Está España que arde»
(para los aficionados a la aeronáutica, aquí les dejo con un par de vídeos sobre el helicóptero Aircrane y algún alarde de pilotaje al repostar)
Al principio corrió la noticia de que el volcán pudiese ser de tipo “peleano” y que llegara a generar una mortífera nube ardiente como la que mató a casi 30.000 personas en Martinica en 1902. Pero afortunadamente no fue así, el volcán solamente se pasó mes y poco –oficialmente hasta el 3 de agosto de 1949- echando humo, cenizas y lava muy líquida que fluyó hacia el mar, no causó víctimas y generó en cambio un espectáculo diario para todos los palmeros que se quisieron acercar a contemplar el encuentro dramático entre la lava y el mar.
Años después cursé la asignatura de geología en la Universidad de Valencia, de rebote como tantas cosas en mi vida, y tuve la suerte de recibir la enseñanza de Don Manuel Martel, un ilustre geólogo que luego fue rector de la Universidad de Alcalá de Henares y académico de la Real Academia de Farmacia. Don Manuel era también palmero, de la villa de Mazo. Tenía pues, pese a no ser vulcanólogo como tal, una natural vocación hacia el tema, que me contagió en parte al regalarme su libro “El Volcán de San Juan”. Aquí al lado, junto al libro, tengo un trozo de lava petrificada de mi isla, que me sirve para tenerla presente y para recordarme que la corteza terrestre tiene una incurable tendencia a no estarse quieta. Y recuerdo además con aprecio a Don Manuel porque me puso un notable a final de curso, no sé bien si por la mineralogía o por la paisanía.
Este año hemos tenido un incidente volcánico relativamente menor, aunque ha causado un disturbio importante. El volcán Eyjafjallajokull –que digo yo que ya podían estos islandeses hacer como nosotros y ponerle un nombre pronunciable, para entendernos-, lleva un par de meses arrojando materiales a la atmósfera, que han complicado las cosas a muchos viajeros y causado pérdidas millonarias a las compañías aéreas, al turismo y a todo lo que tiene que ver con mover aviones.
Y aunque lo de ponerle la cincha a las fuerzas profundas de la Naturaleza es tarea imposible, trabajar en la predicción, por difícil que sea, se impone. Saben los geólogos que la sismología y la vulcanología son ciencias conexas, o la misma, y por ello me preocupa cuando leo hoy que nos estamos quedando en España sin vulcanólogos. Que los que hay, encabezados por Francisco Anguita, se están jubilando y no están siendo reemplazados. ¿Por qué? Sencillo, porque no hay dinero para eso. Y en época de recortes me imagino que todavía menos. Pues pese a los recortes, o en medio de los recortes, hay cosas en las que un país con una zona manifiestamente volcánica en su territorio no debería escatimar, como es el estudio de esta ciencia. La Palma tiene el mayor cráter emergido del mundo, la Caldera de Taburiente, ha tenido múltiples erupciones en su historia reciente, la última la del Teneguía en 1971 y es la tercera isla del mundo de más altura con relación a su superficie. Como tal, una isla de sismología y vulcanología a seguir. La creación de un “centro de vulcanología” en Canarias, como sostiene el Colegio Oficial de Geólogos, debería ser no solamente un mecanismo de estudio y previsión, sino un vivero de reemplazo, de ampliación realmente, de una clase científica en la que España no debería quedarse en la media, sino apuntar a la excelencia. Para beneficio propio y de la Humanidad en su conjunto.
Y a propósito de dinero, leo que “La Roja”, según Fútbol Finance, es la selección de fútbol más cara del mundo, valorada en 565 millones de euros por la “tasación” de sus jugadores, por encima de Brasil (515 millones), Francia, Inglaterra, Italia y otros pringaos que no se pueden permitir jugadores como los nuestros.
Lo cual me parece normal porque, al fin y al cabo, entre la fuerza de un volcán y la del fútbol, no sé claro quién se lleva… «la palma”. Krakatoas aparte, claro.
Otro día hablaremos de Astronomía y el Roque de los Muchachos…
Lectura recomendada: Pompeya, de Robert Harris
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