¿Se acuerdan de cuando los coches tenían esa palanquita? Supongo que la mayoría no, porque el estárter desapareció con los carburadores y otros adminículos de la mecánica automotriz de hace treinta o cuarenta años. El principio del estárter era sencillo: cuando el motor se arrancaba en frío había que enriquecer manualmente la mezcla de combustible que entraba en los cilindros, o sea subir la proporción de gasolina y bajar la de aire, para que el motor desarrollara la suficiente potencia para los primeros minutos de sobre-esfuerzo. Controlarlo tenía su cosa porque si uno no se andaba con cuidado y se pisaba demasiado el acelerador al darle a la llave, entonces entraba demasiada gasolina y el motor se anegaba, con lo que ya no arrancaba ni a tiros. Los machistas decían entonces que eso siempre les pasaba a las mujeres, que claro, no entendían de motores, ni sabían leer mapas. Había que esperar a que la gasolina se drenase o se evaporase, no lo tengo muy claro, para volver a intentarlo. O empujar.
Pero bueno, en realidad de lo que quiero, o mejor dicho tengo que hablar es, otra vez, y disculpen, del dichoso problema de los pisos que no se venden. Ni a empujones. Y es que hoy he leído sobre la iniciativa de la APCE y el Banco de Santander de rebajas en los pisos ya financiados por ese banco. Trabajo todo el día intentando que esto del real estate mueva y la verdad me da un poco de pereza tener que escribir sobre lo mismo por la noche, y además en plan divertido. Pero es que el cuánto tienen que bajar los pisos para que sea recomendable comprar (pregunta que me hacen varias veces al día), si hay financiación o no y cosas así, tiene tanta repercusión sobre nuestro entero sistema económico financiero, que no puedo evitar meter baza.
Veamos, la idea es que si se bajan los pisos al nivel de la hipoteca, o sea el promotor renuncia hipotéticamente a su margen y el banco financia el 100% de la cantidad reducida, la oferta resulte atractiva para los compradores. No lo voy a discutir, pero aparte de que en blogs más populares que éste el tema va levantar seguramente cientos o miles de comentarios sanguinos, mi modesta opinión es que antes hay que atacar el problema por otro lado. Que la iniciativa vale, pero que lo primero que hace falta es un estárter, un cebador que haga que el motor dé las primeras vueltas hasta que cuando ya esté un poco calentito podamos abrirle el aire y que ruede un poquito más solo. Cada uno en su casa tendrá que (intentar) acomodar su cuenta de resultados particular a admitir algunas pérdidas. No va a bastar con no-ganancias, lamentablemente. Para que el sistema arranque y, un día, tal vez, se pueda volver a ganar algún dinero en esta cosa. Porque en su fuero interno el usuario último cree saber que en el negocio inmobiliario se ha ganado mucho dinero y cree percibir que ahora no se quiere devolver nada, sino simplemente no seguir ganando. Insisto en que yo creo que eso es lo que la gente de la calle cree. Y en consecuencia, lex talionis, se quiere aprovechar. Y hay que convencerle, pero de verdad, de que se puede aprovechar. Pero que lo haga ya, por favor.
¿Qué hacer, entonces? Pues ofrecer verdaderas oportunidades, al menos algunas. Y demostrar que efectivamente ya se pueden comprar cosas a buenos precios. Que al principio van a tener que rayar con la «ganga». Si queremos que la gente entre en la tienda probablemente primero tendremos que conseguir que se pare en el escaparate, luego ya veremos qué compra.
Empecé con las subastas inmobiliarias en 1996 y he participado en la venta de miles de inmuebles, muchos de ellos que yo no hubiera comprado nunca. Pero la gente los compraba, porque los percibía como baratos y su sentimiento era que, aunque fuese a largo plazo, estaba haciendo un buen negocio. Y por ahí me quedan algunos fans que todavía me andan agradeciendo haber comprado cosas que hoy, crisis y todo, valen bastante más que de lo que ellos pagaron. De algún modo hay que trabajar sobre esa idea. Duro, porque nos toca el bolsillo, pero el único camino.
It’s the Psychology, stupid!
Así que mientras no se venden más de estos…

Seat Exeo 2009
Veamos si al menos vendemos algunos de estos… Seat 800 1966 (el del estárter)
Y el próximo día hablaremos sobre la pipa del distribuidor…
3 comentarios
Comments feed for this article
septiembre 15, 2009 a 12:51 PM
Santiago Iglesias
Pues algo de razón tendrías acerca de la visión del Santander en este asunto (la verdad, a toro pasado es más facil comentar) pues Altamira -la filial inmobiliaria del banco de Botín-, ha vendido 1.100 viviendas en 6 meses. Se ha quitado en ese tiempo el 50% de su cartera de adjudicados y acaba de sacar a la venta 450 más. Vamos que liquida inmuebles… a velocidad de Ferrari 🙂
Ahora también venderá oficinas, naves y otros inmuebles… que luego el mercado no diga que hay crisis. Lo que faltan decisiones para adaptarse y «herramientas» para vender.
febrero 20, 2011 a 8:41 PM
El estárter
[…] El estárter elblogdezano.wordpress.com/2009/03/26/el-estarter/ por Sexilau hace 3 segundos […]
febrero 20, 2011 a 8:44 PM
leonardo
muy bueno el post. por cierto, aqui en españa no se mueven las ventas de inmuebles