“Vivo sin vivir en mí”, “La canción del pirata”, Santa Teresa de Ávila, Espronceda… Pegatinas poéticas que en un panel lateral intentan capturar algún lector. Voy a trabajar en metro. Frente a mí, un viajero –ya no un niño- está absorto con sus auriculares y videoconsola portátil. A mi lado alguien estudia el Marca: “parece que la rodilla de Van Nilstelrooy está empezando a sentir el paso de los años…” Otro hojea en un diario gratuito las desgracias de discoteca. Yo leo sobre Sacyr, Martinsa, Habitat y otros macrolíos, pero me parece que la realidad está más en este vagón que en el periódico.

Hace un rato me he pasado el desayuno zapeando en la televisión de la cocina, intentado conseguir, sin éxito, que violencia doméstica, apuñalamientos nocturnos y palabras de políticos de paso me permitiesen tomar el café con leche y tostadas en paz. Mientras tanto le echaba un vistazo al periódico de ayer: “Minuto de oro” de la televisión: Gran Hermano / Telecinco, 23.26 h, 5.984.000 espectadores, share 34,60%.

28% de paro juvenil, 30% de fracaso escolar…Un día de la vida de España.

Más tarde leo una pequeña noticia: tres empresas, Vidrala, Zayer y Alegría Activity han recibido el XXIII Premio a la Exportación e Internacionalización de la Cámara de Comercio de Álava. No tiene la “importancia” del tema de Sacyr o el morbo de Gran Hermano (¿o al revés?), ¡pero alguien por ahí está haciendo cosas que se venden fuera! Así que sigo curioseando y, ¿saben lo que nos cuentan los medios?: pues que el príncipe Felipe ha condenado el terrorismo durante la entrega de esos premios (Teletexto TVE-1) o que el Sr. Ibarretxe dice que los empresarios vascos son unos titanes. El Correo Digital dedica un 6% de su noticia a las empresas en sí, el resto pura paja político-protocolaria. Prioridades equivocadas. Digo yo que lo que interesará es quiénes son esas empresas, ¿no?

Vidrala, basada en Llodio, lleva más de 40 años fabricando y exportando envases de vidrio, 3.150 millones de ellos cada año, que usted y yo usamos cada día para el vino y el aceite. Y como una botella de vidrio cuesta muy poco dinero, hay que acercar la producción a los consumidores y por eso han comprado fábricas en Portugal, Bélgica e Italia. Aquí tienen el proceso, que a sus niños también les gustará:

http://www.vidrala.com/web/caste/corporativo/medios_tecnologia/
capacidad/proceso.htm

Zayer (www.zayer.es), de Vitoria, lleva más de 50 años produciendo máquina herramienta de alta precisión y exporta más del 80% de lo que hace a países como Alemania, Italia, Francia o Brasil, y se ha montado una red comercial en 37 más. Patentes TALGO, que tiene una cartera de 700 coches ferroviarios y 100 locomotoras hasta 2010, utiliza máquinas de estos chicos.

Y Alegría Activity, (www.alegria-activity.com), también de Vitoria, ha conseguido exportar comunicación, que no es fácil, pero ellos tienen delegaciones en Italia, Portugal, Francia, Reino Unido y Colombia. Lo suyo es una buena muestra de lateral thinking, al reconvertir, empezando en 1987, parte de una empresa de autobuses en una empresa de marketing. Lo cuentan bien, así que aquí va su video:

El hecho es que, al final, las divagaciones en el metro me han hecho pensar en la “responsabilidad del periodista” –de cualquier medio-.

«El periodista tiene una posición que es toda suya. Sólo él tiene el privilegio de moldear la opinión, tocando los corazones y apelando a la razón de cientos de miles cada día. He aquí la más fascinante de todas las profesiones». La frase es de Joseph Pulitzer. Mantuvo un largo enfrentamiento con William Hearst del que decía algo así como que “su estilo informativo se caracteriza por un acusado sensacionalismo tanto en el tratamiento de los temas como en su elección, criminalidad, pseudociencia, acompañado de un periodismo de investigación al total servicio de su ideología y sus ambiciones políticas”. ¿Les suena? (vean Citizen Kane si quieren saber más, aunque The Front Page –Primera Plana- es mucho más divertida)

Es seguro, bueno, probable que los medios de comunicación, quieran influir sobre la opinión pública y no sólo decir lo que la gente quiere leer o escuchar o ver. Creen, sin embargo, que las noticias malas o inanes son lo que más vende. Y creen igualmente, debido a no sé qué inercia infundada, que lo que dicen los políticos interesa a mucha gente. Yo creo que están equivocados, pero el verdadero problema es que están dejando sin tratar las cosas verdaderamente importantes para nuestro futuro.

La sociedad española necesita trabajar sobre un cambio de valores, un re-equilibrio de prioridades que convierta el trabajo, la educación y otras cosas relevantes en buenas noticias. Es un proceso largo y de resultado incierto, pero es necesario, y sin los medios de información no es posible. Señores periodistas: ¡no piensen solo en la Primera Plana!