Parque Blanco

Parque Blanco

Hoy es domingo. Me he levantado un poco más tarde que de costumbre. Hace un día radiante. Desde la ventana del dormitorio he mirado el mar. En la piscina delante de mí un robot se está ocupando de limpiar el fondo para que dentro de unos días podamos nadar con las máximas garantías. La piscina es de tamaño olímpico y se ha quedado un poquito grande para los que somos en la urbanización, pero bueno, hay cosas peores.

Luego he desayunado, zumo, tostadas de pan integral con mantequilla y jalea de grosella, café con leche. He puesto la televisión y me he topado con un reportaje sobre Ruanda (donde las matanzas de los tutsis por los hutus, ya saben). Entrevistan al doctor Mariano Pérez Arroyo y al misionero Josep Cabanyol, que nos muestran la situación de los hospitales por allí y la desnutrición de un grupo de personas que come siete u ocho patatas como plato único del día para todos. Mientras miramos para otro lado, unos pocos hombres y mujeres extraordinarios luchan por mejorar esas cosas. El doctor Pérez Arroyo es catedrático de neurofisiología de la Universidad de Alicante y trabaja en la clínica Vistahermosa, donde nacieron mis hijos. Con 70 millones de pesetas que recaudó en Alicante hace unos años y seguro que mucho esfuerzo, ayudó a crear un área de formación del hospital de Medicus Mundi en Nemba, Ruanda, donde ya han nacido 120.000 niños desde 1974. Mariano está empeñado en la enseñanza para la clase médica y la enfermería en aquél pequeño y pobre país. El hermano Cabanyol explica como Caritas ha donado cabras y ovejas, también en Ruanda, y enseña a los pobladores de aquellos pueblos a criarlas para ayudarles a que tengan leche y suplementen su alimentación.

Fuera, a unos metros de mi casa, me encuentro con el conflicto moral de nuestro sistema. No del sistema capitalista, no, de nuestra sociedad que se va anclando de forma progresiva en una burguesía indiferente a lo que no sean sus propios malestares. No importa que la gente se muera de SIDA, malaria o cólera, con tal de no verla.

He aquí el conflicto, el Plan Ẽ a mi alcance:

Mejora del vallado de campo de fútbol en calle Palangre, € 60.000. Vallado realizado hace meses o años en el que simplemente ha aparecido un cartel hace unas semanas. O estoy muy confundido o se trata de un apaño patente y consentido en las cuentas municipales para con algún proveedor. Generación de empleo 0.

Reposición de suelo del parque infantil que usa mi nieta Alba, gracias por ello. Pero… ¿€ 99.000? ¿Ustedes ven la foto? ¿Alguien se cree que 100 metros cuadrados de pavimento, el que sea, pueden costar ese dinero? Generación de empleo, pues no sé, dos o tres personas. Yo lo haría yo solo, en plan bricolage de ratos libres y se lo ofrecía de regalo a Alba.

Instalación de césped artificial en la mediana de la Avenida Costa Blanca, € 836.000. Saquen la calculadora y vean cuánto es eso en antiguas pesetas. Pues unos 140 millones. ¿De verdad nos podemos permitir estas cosas? ¿En cuánto tiempo se amortizará o desaparecerá ese césped artificial?

Urbanización espacio público entre las calles Tridente y Curricán, € 342.000…

Todo esto lo ha recorrido mi nieta, que todavía no tiene dos años, hace un rato. Nos ha encantado el paseo, pero cuando ella tenga conciencia de la sociedad a la que pertenece y las injusticias que abriga en su seno, confío en que empiece a avergonzarse como yo lo estoy. Y que sepa hacer algo.

La justicia social no debería tener ni color ni fronteras.

Lo que me recuerda que, laicismo o no, lo de la casilla de la Iglesia es casi una obligación. Caritas merece todo el apoyo, que al fin obras son amores y no buenas razones…

Parque Negro (incluye balón Champion League)

Parque Negro (incluye balón Champion League)